Experimento: metemos la mano en una bolsa de plástico en la que hay manteca, y posteriormente la introducimos dentro de un barreño con hielo, y comprobamos que no sentimos frío, y con la otra mano comprobamos que el agua está helada. Llegamos a la conclusión que la capa de grasa bajo la piel protege del frío. esto explica cómo los animales que viven en los polos puedan sobrevivir.
Comentarios
Publicar un comentario